*Elecciones y tribunales*Roto el elemento de certeza*Campañas muy pobres*Apatía de mexiquenses*Josefina sin recuperarse*El clero y sus rencores Así como van las cosas, todo se encamina al conflicto postelectoral. Los elementos necesarios para el litigio están puestos: es muy posible que las elecciones más competidas en la historia del Estado de México se resuelvan en los tribunales y, allí, lleva toda la ventaja Alfredo del Mazo.*Más que estrategas electorales y propagandistas, los candidatos necesitarán abogados duchos. Conforme las campañas avanzan el conflicto se va configurando, frente a la actitud complaciente de las autoridades responsables de evitarlo. El principio elemental de certeza está roto.*La calidad de las campañas sigue siendo pobre, muy pobre. Problemas tan complicados como los del Estado de México exigen mucho más que las miserias que ofrecen como mercancía electoral los candidatos en contienda; ninguno sobresale: Delfina alienta la esperanza porque rompe con el estereotipo del político tradicional, pero por honesta, no por brillante.*Mejor la intelectualidad chilanga se organiza para actuar como contrapeso al poder en las elecciones del Estado de México que los timoratos y abúlicos de la sociedad mexiquense. Es desesperante la inacción de la gente; sólo en el mundillo de las redes sociales se mueven y participan, pero en el mundo real hacen muy poco o nada.*Josefina padece el síndrome de Hillary: no entusiasma. La candidata panista, de las posturas agresivas y pendencieras, no logra hacer clic con el electorado. No prende, y la tendencia en las encuestas por salir es a la baja. La ha jodido el asunto del dinero a Juntos Podemos; no puede recuperarse.*El clero católico, histórico aliado político del PRI en el Estado de México, no ha dicho ni sí ni no a Alfredo del Mazo. Como quien dice, los obispos y curas se están haciendo del rogar para echarle la mano al candidato del establishment, como lo han hecho desde hace casi 90 años en este pedacito de la tierra de Dios. Los señores que administran el poder divino en este mundo no están muy contentos; todavía no se les pasa la mohína por la iniciativa de los matrimonios gays, que consideraron una traición de Peña.